Medioambiente y cambio climático: el desafío global más urgente


Uno de los objetivos de las Journées Scientifiques Inria Chile 2022 era analizar y conocer los avances en la ciencia y la tecnología, especialmente en áreas como la Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas y Matemáticas Aplicadas. Todas estas disciplinas se pueden enfocar y utilizar en diversas áreas con el objetivo de resolver problemas sociales, de salud y ambientales. Precisamente en medio ambiente, se han volcado en el último tiempo muchas de las iniciativas que Inria desarrolla a nivel internacional.
En todos los días de las Jornadas fue mencionado el medioambiente y la urgencia del cambio climático, y en ese contexto los equipos de trabajo mostraron ideas innovadoras y los esfuerzos que se están llevando a cabo para ser parte de la solución a esta problemática.

Así, el primer día, en la sesión de “Nuevos paradigmas computacionales”, se expuso GreenAI+SusAIn. El proyecto, que reúne a más de 30 científicos de Chile, Francia, Uruguay y Paraguay, busca reducir el consumo de energía en los algoritmos de Inteligencia Artificial, implementados en el contexto de la computación de alto desempeño. De esta forma, se busca hacer y experimentar con una Inteligencia Artificial más “verde”.
En este grupo de trabajo, se combina la experiencia científica única en este tema crítico para el medioambiente con la intención de aprovechar las infraestructuras de hardware y software existentes, con el objetivo de ofrecer nuevas herramientas y recomendaciones para la comunidad científica sobre el diseño y la implementación adecuada de algoritmos de Inteligencia Artificial. Romain Rouvoy, profesor titular de la Université de Lille y miembro del Equipo SPIRALS de Inria, fue quien presentó este proyecto.


El martes, las actividades partieron con el keynote “Modelos mecanicistas y basados en datos para entender el medio ambiente”, dictada por Jacques Sainte-Marie, investigador senior del equipo ANGE y director adjunto de investigación de Inria a cargo del medioambiente. En su presentación, Sainte-Marie realizó un resumen contrastado de modelado y simulaciones de flujos geofísicos, mostrando qué se puede hacer con ellos y el acoplamiento entre modelos mecanicistas y enfoques basados en datos.



Luego fue el turno de la sesión “Entendiendo el tiempo y el clima”, donde Olivier Bernard, líder del Equipo BIOCORE del Centro Inria de la Université Côte d’Azur, pudo dar a conocer el trabajo del Equipo Asociado BlueEdge (Inteligencia Artificial y optimización para procesos biotecnológicos más limpios). Este proyecto, que trabaja en el marco de procesos innovadores mediante el uso de microalgas en aguas residuales y sistemas de acuicultura, tiene el objetivo de reciclar nitrógeno, carbono y fósforo, para reducir el flujo de contaminantes en el medio natural.
En BlueEdge, se desarrollan sistemas pilotos experimentales y modelos para procesos, e Inria Chile participa en este proyecto diseñando algoritmos avanzados de inteligencia Artificial para la supervisión impulsada por datos, los que, además, pueden ser implementados gracias al software ODIN+.


En la misma sesión, se presentó E-Mistral: Un velero de vigilancia e inspección ambiental vía transferencia, refuerzo y aprendizaje autónomo. Este proyecto es relizado por el consorcio del cual son parte Inria Chile, el equipo SCOOL del centro Inria de l’Université de Lille, el equipo AIO (ex-EVA), del centro Inria de Paris, las universidades brasileñas Universidade Federal Fluminense y Universidade Federal do Rio Grande do Norte y la Universidad de La República (Uruguay).
El orador fue Thomas Watteyne, director de investigación y líder del Equipo AIO, quien se refirió a los veleros autónomos y al desafío de la Inteligencia Artificial de lograr que funcionen de manera correcta.


La última exposición de la sesión fue realizada por Gerardo Rubino, investigador senior emérito de Inria, quien presentó climateDL: Uso de modelos gráficos espacio- temporales de aprendizaje profundo para el pronóstico estacional de eventos de temperatura extrema. Esta investigación es realizada por el consorcio conformado por el equipo DIONYSOS del Centro Inria de l’Université de Rennes, la Universidad Adolfo Ibáñez, la Universidad de Buenos Aires (Argentina) y la Universidad de La República (Uruguay).



El tercer día comenzó con el keynote “Soluciones digitales y basadas en la naturaleza”, presentada por Pablo Marquet, profesor titular del Departamento de Ecología, Pontificia Universidad Católica de Chile, investigador asociado del Centro de Modelamiento Matemático y del Instituto de Ecología y Biodiversidad.
El investigador se refirió a los beneficios que entrega la naturaleza para entender ciertos procesos y fenómenos, y puso como ejemplo la expedición “Tara Ocean”.



La primera la sesión científica del día miércoles estuvo dedicada a uno de los proyectos insignia de Inria: “Challenge OceanIA: Inteligencia Artificial y Modelamiento para Entender el Océano y el Cambio Climático”, iniciativa que busca desarrollar nuevas herramientas de IA y Modelamiento Matemático para contribuir a la comprensión de la estructura, el funcionamiento, los mecanismos subyacentes y la dinámica de los océanos y su papel en la regulación y el mantenimiento de la biósfera, así como en la lucha contra el cambio climático.
El orador de esta presentación fue Luis Martí, director Científico de Inria Chile, quien recalcó que los océanos y el cambio climático “están relacionados de muy cerca”.



El mismo miércoles fue la Sesión “Modelando la Naturaleza y Sociedad”, donde se expuso el proyecto SymBioDiversity: Minería simbólica y numérica y exploración de la biodiversidad funcional, en el que colaboran los equipos DYLISS y PLEIADE de Inria, investigadores del Centro de Modelamiento Matemático (CMM) de la Universidad de Chile, quienes están a cargo de la modelación de ecosistemas, y de Inria Chile, aportando en la línea de minería de datos aplicada a la biodiversidad.
Este proyecto fue presentado por Clémence Frioux, investigadora del equipo PLEIADE del Centro Inria de la Université de Bordeaux, quien explicó cómo los modelos matemáticos que están desarrollando deben ser capaces de “reflejar la realidad de los sistemas biológicos”, permitiendo un acercamiento más sencillo para posibilitar su comprensión, pero lo suficientemente informativos para permitir la formulación de hipótesis.